Me presento como novatilla de blog
, mi nombre es "I" y tengo 28 años. Desde que tengo uso de razón emocional escribía un diario hasta pasar mi dolescencia. Creo que cuando una niña "madura", se convence de que no es necesario tener un diario. - ¡Que tontería... Un diario! ¿Para qué? ¿Qué hay que contar a partir de los 18? Empezaré pronto a trabajar, ya la vida no será tan emocionante, no tendré tiempo de escribir lo que siento y pienso.... Total, mis nuevas experiencias quedarán plasmadas en redes sociales. Un diario nadie lo ve. Quedará muerto en el olvido, en alguna caja de algún desván. -
Recuerdo esa impaciencia por escribir lo que me había pasado, lo que había empezado a sentir, todas las sensaciones nuevas. Estaba creciendo, estaba descubriendo el mundo, estaba besando y enamorandome por primera vez. ¡ME CREABA FELICIDAD EXPERIMENTAR!
Comencé como editora y escritora de mi propia vida ese día, el día que escribí mi primer diario, ese que me regaló mi queridisima madre por mi cumpleaños y que plasmó la primeras líneas en él:

           "Para que escribas tus secretos"

Yo suponía, que por mi edad, sería evidente que me avergonzaria de contarle mis más mayores secretos.
Decidí comenzarlo con lo primero que se me ocurrió y lo que creía más conmovedor y excitantre... El Amor. Esa explosión de pompitas de plástico sacadas de un pedido de Amazon. Esas mariposas, antes gusanos, que paseaban por tu estomago y sacaban las alas al primer beso. Esas miles de formas de sentir amor por cada uno de los seres de mi alrededor. Ese aprendizaje, esas palabras que hicieron de tus mejores amigos, tus mejores amores y de tus mejores familiares. Esos pedazos que te robaste de cada uno de ellos para construirte a ti misma, ese mapa de ti que han construido todos ellos, ese cruce de caminos en un núcleo llamado "YO".









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